La semana pasada les compartí un poco de nuestra definición de Pedagogía Waldorf en Jardín en lenguaje coloquial, ahora me enfocaré en que ustedes reconozcan el ¿cómo trabajamos? Así la próxima vez que se vean metidos en una plática escolar sepan argumentar cómo es que estudian sus hijos en un mundo bello.
Nuestro día comienza con cantos, rimas y juegos colectivos donde los pequeños ponen a trabajar su cuerpo físico, enfrentando retos, miedos y trabajando coordinación y equilibrio acciones complicadas para su edad, además que los cantos y rimas los colocan en un espacio de tiempo donde ellos reconocen el día, la estación del año y los hace parte de su entorno.
Después pasamos a compartir la fruta con un canto y juego de dedos para su llamado dejando atrás las instrucciones, posteriormente trabajamos en el exterior atendiendo a los animales o plantas o caminando para apreciar la naturaleza y sus alrededores. Es de suma importancia que el niño reconozca de su entorno, observe la naturaleza, aprenda sus olores, formas y colores de esa forma interioriza un aprendizaje para la vida, que mejor que aprender las formas geométricas a través de la observación de las nubes.
Una vez por semana tenemos movimiento, donde bailamos, hacemos yoga, sentimos las emociones y sin duda ponen a prueba sus sentidos; así pasa nuestra primera horas de la mañana, luego hacemos juego simbólico, colocamos materiales naturales al alcance de los niños para que ellos jueguen y pongan a prueba su imaginación un niño que es capaz de jugar con una piedra es capaz de crear, ellos juegan las maestras cantan y nos ponemos a realizar actividades dignas de imitación (tejer, recortar, barrer, limpiar, dibujar) y solitos se acercan a investigar y aprender del ejemplo. Después nuestra parte de mayor concentración “taller” donde cada día de acuerdo a calendario trabajamos con un material (acuarela, masa, crayola, tejido, cocina) a través de un sentido de pertenencia y dando libertad de crear, al concluir ellos tienen a su alcance materiales que les exige un nivel de concentración mayor como cubos, rompecabezas, trazos, gises, vida práctica, etc. Ellos son libres de elegir que “trabajar” y cada mes abarcamos nuevas habilidades.
Cerca del medio día comemos un rico almuerzo donde la individualidad de los pequeños se ve reflejada, al poner la mesa, lavar platos y recoger sus pertenencias, pasan al juego libre exterior, cantos, higiénicas y cuento, cerrando con broche de oro nuestra pequeña pero productiva jornada.
El mismo ritmo para chicos y grandes lo que cambia son las necesidades físicas por ejemplo los más pequeños requieren un tiempo de descanso para recuperar energía lo que los grandes sustituyen con labor de taller más larga ya que los pequeñitos no duran más allá de 10 minutos de concentración. Con estas palabras pueden darse una idea de lo que nuestro día a día es, ellos están trabajando y aprendiendo todo el día pero de una manera tan sutil, tan natural y amorosa que ni cuenta se dan. Se dice que la pedagogía es terapéutica y ya si no si el ritmo de cada día, la constancia y la seguridad del entorno son las bases para una buena infancia.
Si los niños les dicen “solo jugué” es cierto jugaron todo el día porque para ellos todo es un juego y es la mejor forma de aprender y acá entre nos la más sólida.
No sé si es la mejor pedagogía pero sin duda es la única que respeta el Ser, Saludos, Ivonne
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