El día 11 de noviembre las escuelas Waldorf se iluminan y se llenan de luz, es el momento de realizar una de las celebraciones más emotivas del ciclo la fiesta de los Faroles o Fiesta de San Martín, pero ¿qué es esto?
El otoño ha comenzado, los días se hacen más cortos y las noches más largas, poco a poco no acercamos al frío a la estación de introspección de reflexión con uno mismo y donde nos ponemos en balance con lo que hemos realizado a lo largo de un año entero , el invierno. El día 11 de noviembre (la noche más larga y el día más corto) en el calendario eclesiástico se celebra a San Martín, un soldado de la antigua Roma en época de guerra después de una aparición de Jesucristo se declaró fiel seguidor de él, por el tiempo no podía renunciar al ejército pero si se declaró así mismo soldado de Dios, brindó siempre apoyo a los necesitados cortando su capa en dos para compartir con aquel que tenía frío, apoyó a los comerciantes y textiles de e
sa época por eso hoy en día es considerado el patrono de los negocios y emprendedores, así mismo en los poblados Romanas que visitaba lo recibían siempre con farolas, por ello la fiesta de los Faroles.
En la pedagogía Waldorf, recordemos que las celebraciones tienen inspiración en el calendario eclesiástico más no se desarrolla una festividad católica, se toma de inspiración la historia para conmemorar la “Fiesta de la Luz”, compartir mi luz con el prójimo para así hacerla aún más fuerte y brillar. Podemos reflexionar acerca de las acciones que a lo largo del año hemos realizado para hacer crecer nuestra luz, así como las cuales han hecho que se ponga tenue y baja, al prenderla en comunidad nos recordamos que pertenecemos a un todo, que nuestra luz se hace más fuerte. Con los niños dos semanas antes se trabajan los faroles, se hace reflexión a través de un cuento de la importancia del compartir, de que todos podemos brillar, que
día a día podemos hacer maravillosas cosas para hacernos brillar, y que el farol lo tenemos dentro y nadie puede apagarlo, trabajamos como padres, maestros y niños nuestra espiritualidad.
Somos portadores de luz y calor podemos reflexionar preguntándonos ¿qué hago para compartir mi luz?, ¿cómo enciendo la luz de mis hijos en el día a día?, ¿quién o qué hace apagar mi luz?, ¿cómo agrando el brillo de mi luz?
El próximo viernes es una fiesta de cantos, caminata y reflexión les compartimos letras de las canciones para ponernos en inspiración, saludos
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