En el comienzo del verano, el 24 de junio la Fiesta de San Juan nos volvemos a reunir alrededor del fuego para cosechar aquello que sembramos en celebraciones pasadas en nuestra luz interior. El sol está en lo más alto, resplandece con su luz y es ella la que nos permitirá observar con claridad la transformación interior que estamos viviendo. Elegir estar en Casa Ceiba nos permite tratar de vivir con una intención sin prisa, despiertos a todo lo que nos rodea y nos permite SER y aunque en ocasiones nos veamos inmersos en una avalancha el ritmo anual de las fiestas no permite voltear y ver nuestro camino.
La fiesta de San Juan nos permite reconocer aquellos logros pero nos invita también dejar en el fuego lo que no queremos cargar, lo que no queremos llevar con nosotros y aquellas sombras que traemos con nosotros.
Así que hoy mamá y papá, maestros y mis bellos niños, los invito a escuchar la llama arder para dejar lo que no queremos e iluminar con nuestra luz el mundo, iluminar con está luz la comunidad que estamos formando.
En esta celebración volvemos a comenzar, dejamos atrás aquello que no nos gustó como comunidad, tomamos nuevamente fuerza y luz para resplandecer y dar lo mejor por nuestros hijos y formar desde el ejemplo un espacio digno para ellos.
Es tiempo de cosecha y hoy en el fuego estarán cada uno de ustedes acompañándonos, la fiesta de San Juan nos permite reencontrarnos y volver a creer en nuestra luz.
Gracias por este maravilloso tiempo transcurrido, Ivonne
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